25761-\[Historia]_Cuando_los_héroes_van
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Ryuko 26910
Hecho por: DarkumB
Agradecimientos: Shiruba = La inspiración de mi cuento, really el me ha animado.
Mis amigos = Los que me apoyan y me han dado a volver.

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PRÓLOGO
"He soñado en una cosa que me pasó hace cosa de dos, tres años, verás, una pequeña parte de los habitantes de una civilización pequeña, como una aldea, pasó a estar en una cúpula con dibujos refinados y sencillos en el "cristal" irrompible de materia desconocida. Todo el mundo se encerró en sus casas, todas las pertenencias depositadas dentro de la área hecha por la misteriosa cúpula fueron encerradas en individuales cajas fuertes cuya contraseña independiente solo la sabía su fiel amo quien dominaba la protección de su respectivo valor. Yo me fuí a esconder en la caseta del árbol que me hizo el tío Albio cuando era pequeño...
La comida daba en escasez, todos los afectados entraban a robar a cualquier sitio que les proporcionara lo necesario. Yo fuí a robar a una carnicería, me llevé mi botín de una semana y lo compartí con mi madre solamente; mi padre fué a la sede de Japón llamada Sony, mis tíos y mis familiares se fueron a Barcelona costa, era verano y tenían alojamiento en un hotel de tres estrellas, y según recuerdo en el sueño, al ir a la plaza de la villa ví una sombra, una sombra borrosa, cuya descripción es débil: llevaba ropa negra, un gorro de, de... Vaya, no consigo recordarlo, pero es como si algo que recuerdas se borrara de tu mente como un archivo viejo, que cuando lo abres te dice: "Archivo desconocido", pero que a la vez lo está reproduciendo en un modo oculto, algo que solo puede acceder el administrador del archivo, el que conozca las contraseñas que ni siquiera sabe que ha puesto, es algo... anomálico, algo, indefinido, raro, paranormal a mi ser, pero que a la vez cómodo, recordado, normal, bueno... Es el misterio de la mente, no lo puedes descifrar..."

Más cerca de estar pensando
lo incierto entrando por lo cierto
y lo cierto abriéndonos, magnánimo,
un mayor conocimiento,
aunque todavía viático.
Pero, cada vez, más intenso.
Más apenas plomada y acto
confirmando lo inmenso
en la inmensidad del espacio.

Fernando Echevarría, del libro «IN TERRA VIVENTIUM».

Gracias.