Tercer Tomo: Desde aquí se ve Pamplona

Año 20507 s.C. (Sin Cristo)

Lucius Molvester, alias Luffy, cumplió ayer los 18 años. A la espera de un burrito que encargó por internet, se prepara para ponerse su gorro de fieltro y soplar las velas de su magdalena muy vago para hacerse una tarta. Como Luffy no tenía amigos en realidad se fueron a un concierto de Metallica, tuvo que soplar las velas, tras lo cual llamó al gimnasio Popeye, propiedad de su hermano, para cagarse en todo lo cagable.

Su hermano Ace como el desodorante había aparecido bebiendo de un charco con barro, con una etiqueta del Carrefour en el que aparecía un ingreso de 2800 euros. Tras analizar a fondo los nombres, descubrió que una banda de internet se había gastado todo el dinero de su hermano en condones chanclas deportivas, así que como buen samaritano y como su hermano estaba forrao', decide emprender la búsqueda de su tarjeta de crédito.

En su camino coincide con Eddie, un gordo de 40 años viciado al wow que estaba enfadado porque compró una china por internet, pero al esperar un mes, sólo le entregaron una foto. Indignados por esta desvergonzada acción sin nombre la de estafar, por supuesto, Eddie se fuma un porro y escupe una lámpara mágica, que emplea como modo de transporte para llegar hasta Cachondilandia, donde le espera la Empresa de Internet y una galleta gigante al primero que llegue.

Luffy va a por todas, pero como él y su amigo tienen el cerebro hecho una mierda birria pues se distraen con facilidad y perderán el rumbo en el camino por algún acontecimiento pasajero: pelear contra viejos por tirar pan, recoger el periódico del sumidero, luchar por entrar en el váter, plantar hierba para confeccionar ropa o por algún monumento natural colinas montañosas, depresiones, arroyos, pelotas pinchás.

Sigue esta y otras aventuras en Pepinolandia: siempre verde.

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Quiero agradecer a [MENTION=26309]Sayer D. Flow![/MENTION] por su historia, correspondiente al hack de Pokémon Verde Hierba, y mis más sinceras disculpas si alguna parte del escrito resulta ofensivo para cualquiera de los lectores.