Noveno Tomo: El mundo en pelotas

Año Nuevemil Tropecientos

La Civilización Tamiz, creadora de los panchitos con crema y de los caballos a motor, ideaban un nuevo sistema para desmantelar el éxito evolutivo de las hormigas: los viajes en el tiempo. A lo largo de la historia, Mayas, Aztecas, Chapetenses y Chapatensas contribuyeron en la investigación de una nueva vacuna que te hacía viajar a través del tiempo. Varios guerreros wachecatenses y pepes en pepitoria intentaron conquistar esta arrebatadora técnica. El procedimiento es sencillo: consistía en coger la aguja de un erizo y pasársela por la nariz, uno de los afortunados era el elegido y su moco te permitía viajar a través del tiempo.

Debido a que se acaba la sustancia verde de las fosas nasales latinoamericanas y a que el proceso dolía más que una derrota de Rafa Nadal contra Serena Whilliams o que un día de "achuchones" salvaje entre estos dos titanes, adivinen cuál era la dominante, decidieron esconder todos los palillos contaminados en una fosa común porque las abuelas y los abuelos preparaban pinchos morunos y se los clavaban no en un ojo, sino en dos.

Con el paso del tiempo, Ensa Ladiya Espinequi, treintañera empedernida, adicta a la salsa de soja y al cine de vaqueros, decide convertir su sueño en vigila y desperdiciar su vida aceptando una profesión: matemáticas. Tras haber sido expulsada de la facultad por su bajo coeficiente intelectual y porque iba a la facultad en bragas, decidió vengarse y trazar un retorcido plan para hacer que todos y cada uno de los estudiantes asistiera "ar colegio" en calzoncillos.

De esta forma, Ensa comenzó la primera parte de su plan, ir al Carrefour y comprar patatas fritas, que consumiría como una obesa perdida mientras aprendía algo que todos desean aprender: hacker informática. De esta manera, y blablabla, consiguió piratear un cursillo en Internet y se hizo arqueóloga sin tener ni puñetera idea de lo que se hace, pero buscó un tuto por eBay y se compró una pala por internet. Un día, Ensa se estaba giñando y fue a hacer una pausa a un restaurante guatemanteco del Sur de Latinoamerica, al salir de esta breve parada, se topó con un cementerio zombi y como se le rompió la pala, empezó a excavar con los dientes. Excavó y excavó hasta dejarse la ortodoncia y encontrarse un cofre lleno de monedas de oro, que luego serían en verdad los restos de los palillos fosilizados y prendas de vestir contaminadas, por supuesto.

Como a Ensa se le metió la tierra en el culo la nariz, le vino un cosquilleo y estornudó. Cuando quiso sacarse el resto de mocos que le quedaba tapándose un agujero y apretando con fuerza, salió un pollo asado, el cual se jaló y esculpió con los huesos una máquina del tiempo. La pobre mujer acabaría descubriendo algo que la ley de la física le revelaría si hubiese estudiado: la máquina no funciona. Ensa, cagándose en todo lo cagable, se puso a darle patadas a la máquina, pero se le cayó encima y un Pokémon que venía del Mundial 2013 de la Champions se empezó a reir de ella y le echó un gapo. Ensa, mosqueada, escupió un coche por la boca y atrapó al Pokémon usando sus uñas como mondadientes gigantes.

Y así empezó la horrible epifanía de Ensa Ladiya y su horrible visión de futuro: toda la gente en ropa interior.

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Gracias a [MENTION=15833]javcdark[/MENTION] y a su hack Pokemon Pilar por su historia, porque aunque este tomo es una mierda, y estamos muy aburridos tanto para escribir como para leer esa rayada, su juego lo vale y merece ser visitado.