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#17
¡~Jakinupa~! 17150
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Frente a algunas quejas de "PUBLICIDAD" En algunos perfiles he decidido que a partir de ahora no mandare mas mensajes a los perfiles de los que se quejan. ;)

Para que la gente siga leyendo mis relatos , he decidido que la gente se pueda "Suscribir" A este proyecto para que yo mismo le informe de los nuevos relatos

¿QUE VENTAJAS TIENE?
Pues que yo mismo te de una sinopsis del relato , la posibilidad de descargartelo , y la posibilidad de que yo mismo escriba sobre una idea pensada por ti , con tus correspondientes créditos por supuesto .

¿COMO ME INSCRIBO?
No tienes mas que decirmelo en un post ,o por MP, Así de facil... .


PERO...JAKINUPA.¿COMO TE MANDO UNA IDEA?
Por MP ...O A MI PERFIL... '¬¬

Para terminar este Post os dejo este relato nuevo... Quiero deciros , a ustedes, si a ustedes aclamdos moderadores, que si tienen algun problema con los tacos , que estan "CENSURED" Decidmelo y los quito.

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LUCHA SANGRIENTA


Bruno Estaba sentado junto al espejo del baño del internado, cuando pensó en lo que sucedería aquella noche.

Cuando Mario le dijo que tendría una muerte lenta y dolorosa, Pensó que era algo metafórico, pero lo que había ocurrido a la hora de la ducha confirmó que no, que era algo real. Cuando Bruno Ballano pasó frente a la puerta de su habitación, Mario le miro con cara de asco y seguidamente sacó un navaja terriblemente afilada de su cintura, moviéndola, de modo que los haces de luz rebotaban en el, rociándole la cara.

Pero no importaba ya que aquella noche él también tenía algo preparado, y también se podría defender. El trinchante que Bruno escondía bajo su cama era incluso más poderoso que la afilada navaja, y el único problema era no saber si iba a conseguir aprender a utilizarlo.

Bruno se dispuso a “dormirse”, pero antes de hacerlo metió el provocador trinchante bajo su almohada. Acto seguido pensó: <<Soy yo el que debo tomar la iniciativa, soy yo el que dará los puñetazos antes, los pinchazos, las patadas…no tú maldito bast*rdo…>>

La noche iba a ser larga, aunque a Bruno no se lo pareció. Solo tenía que esperar a que todos estuviesen en el País de los Sueños y se dispondría a reunirse en el taller de Tecnología de la planta baja, un lugar perfecto para no ser oídos por nadie. Unos minutos de espera…intentando escuchar algo mas allá de respiraciones, ronquidos, toses, nada…todo tranquilo. Rezando para que uno de sus compañeros despertase, rezando para que alguno lo hiciera y le parara, se encamino hacía el lugar pactado.

Allí, dejando tras de si una decena de luces encendidas por los sensores de movimiento, se dispuso para la lucha sangrienta que iba a producirse. La sombra de Mario se proyectó en el suelo de la sala.
La sombra blandía su navaja amenazante, y no se sorprendió al ver el trinchante de Bruno.

-Veo que has venido preparado ladrón hijodep*ta, -Dijo Mario mientras se acercaba a Bruno.

-No me das miedo, Bruno… ¿Y sabes lo que he decidido?-

-¡TOMAR LA INICIATIVA! –Grito Bruno mientras corría hacía su contrincante, dejando tras de si un rastro de mesas y sillas esparcidas por el suelo.

El trinchante se clavó en el costado de Mario con facilidad y la sangre brotó de el dejando una terrible y reluciente mancha roja en el jersey blanco.

-Aghhh, túuuu, ladron hijodeputa.

Rapidamente la navaja de Mario penetro en el cuello de Bruno. No podía respirar, necesitaba oxigeno.
Bruno extrajo el trinchante haciendo un pequeño esfuerzo del fibroso cuerpo de Mario, haciendo que brotara mas y mas sangre de su costado. Seguidamente Mario arranco la navaja provocando mayor desgarro de la herida antes causada. Regurillos de sangre salpicaban con fuerza todo, lo ensuciaban todo, lo empañaban todo…la mente, los cuerpos, las paredes y las almas.

El mareo y las palpitaciones surgieron poco a poco nublando la vista de Bruno. Aparecian cambios de luz, a la par que su corazón latía frenéticamente, para dejar paso a latidos cada vez mas pausados, cada vez mas lentos. Notaba como podía arrancar oxigeno al aire a través del orificio que inundaba su cuello.

Mario por el contrario, loco de rabia no era consciente de sus heridas, quizá pensara que solo le había rozado. La ira incontrolable no le hacía razonar.

Bruno sabía que iba a morir, pero no tenía ninguna duda de que se llevaría con el al infierno a ese chulo cabronazo. Cogió fuerzas con la pierna derecha, acaparando el aire que pudo, la encogió y acto seguido la estiró haciendo volar una de las mesas, y dirigiéndola con su fuerte patada hacía Mario. Él desconcertado cayo al suelo, y Bruno aprovecho el momento para lanzarse contra el. Alzando el trinchante y con su contrincante en el suelo gimió:

-Te vienes conmigo al infierno, igual que tus dos kilos de “yerba”, traficante cabr*n.

Cada palabra lanzada por la boca de de bruno suponía también el lanzamiento de intermitentes gotas de sangre, producidas por la hemorragia, ya no contenida, que se estrellaban calientes y brillantes en rostro pálido de Mario.

Fue un golpe seco. ¡Clonk!. Le había clavado el trinchante en la cabeza. Mario convulsionó durante dos o tres interminables minutos, y se paro. Acto seguido Bruno caía al suelo desplomado, con una sonrisa en la boca que hacia ver que …¿Había ganado?